dejando un reguero de feroces
carcajadas
Yo digo tu dolor
y soy un poco el mundo
un poco
tu costado
y persigno la tristeza en tu
espina
aunque no sepas nombres
aunque no sepas rostros
y aunque yo para ser más mi
imagen
me acerque a tu bondad
y escriba
Poema 10
Mis sombras se agremian en sectas de
silencio
silencio adentro
como cotidianas razas de palomas
quemadas
Poema 11
Mi voz marcha por tus arrabales
esta noche de escaleras y
zaguanes
de la sombra gutural y los
mendigos
y la ternura acurrucada en los
aleros
mi voz rueda como el ancho otoño
tierno del rocío
desde lentas y ahorcadas
cañerías
y la irremediable claustrofobia de los
ciegos
Este absurdo trajín de
calendarios
siempre es siempre
el día es porque paso
me gasta o me completa como un
árbol
siempre queda todavía
cuando ya no quede me
encontraré
tendido sobre mi propia muerte
Mientras mi muerte
será
absurda larva
renuncia y
materia en un punto batallada
Después de estas ciudades
estos espantos
asestándome
balcones y oficios de engranajes
Poema 12
Más allá de tu tristeza
está tu olvido
Hoy tengo tu tristeza
larga todavía de tardes
vacías
con nombres rotos como cartas de
lejanas
batallas
largos cementerios
tumbas que suceden
a historias sin respuesta
y estos domingos callados
sonoros de silencio
porque tu tristeza es mía
agregada desde la soledad a la
tarde
o recogida de las cosas que son este
domingo
más allá de tu tristeza
está tu olvido
pero cuánto rastro
mientras tu tristeza
todavía
Poema 13
La sangre se
empecina en la sien de campanario
goteando sapos
como los relojes de los borrachos en la
madrugada
Poema 14
Para clavar en tu silencio la raíz
de mi garganta
y derrotar las largas trincheras de
rituales sombras
para desenterrar un pájaro de
empeño que te empuja
y hacer con mi albedrío la libertad de
tus alas
levo anclas de mi barco de destierro sin
principio
y desboco de azul mi paloma de
diluvios
al otro lado del silencio eres un poco el
mundo
y hasta allí levanto el canto que se
me vuelve grito
Poema 15
Es la tristeza
estoy de noche como una raza de
solitarios
y no conozco mis hermanos
Desde lejos
en el olvido circular de los
relojes
vienen aboliendo campanas
gigantescos ritos de mecanos y de
álgebras
Las abejas son un error de los
insecticidas
y yo no tuve aún la
hipocresía de morirme
y ser importante como los
silencios
La ciudad es un panal de cuadradas
soledades
tras de algunos muros se doblan las
parejas
tanteándose brutal los
cementerios
Y yo erijo los lutos de mi
historia
como un largo camino
canto monocorde de mi sola manera de
cantar
Es la tristeza
larga historia
de llorar sin testimonio
y olvidar de madrugada como un
loco
Poema 16
Los hombres viscosos de sectas
empujan
atesonados de esquinas
transportando himnos paganos
y arrastrando sexos por las
veredas
y un mendigo ciego en el umbral
de un templo
pregunta por el oficio
Poema 17
Mi sangre es un largo silbido y a
veces
brama en invierno como los
aleros que se llenan de tormenta
Poema 18
Hay veces en que los mecanos de la
vida
se quedan sin sentido
y el alma se
levanta para rezar
Poema 19
Si tú supieras lo que es
cruzar
ciego y a tientas los inmensos
territorios de silencio y de
soledad
por las noches sin luna y sin
barandas
mordiendo los ojos con los
párpados
apretados de fervor sin fe
y las manos cerradas sobre el
lugar
que dejaron las tuyas
y el nombre tuyo dicho a veces
ronca e inconscientemente
como si susurrara
"Dios mío"
Poema 20
El corazón es
como una trompeta
de sol que alumbra un canto de
rayos de sangre
Es un empeño de pájaro como
un
herrero eterno
como un fogonero
remero inevitable
galeote de puño equivocando
mariposas
Es un eco carnecido
que deletrea arietes para la
sangre
es un reloj de arena roja
y yo un puñado de laberintos de
horas de sangre
Poema 21
El cielo
como un compañero de
diálogo
confidente
con el pecho amedallado de luna
como un corazón
crucificado
en una cruz de silencio
ya no me responde
Debe estar hablando contigo
Un día era como un beso para dos
bocas
hoy es como un río
para dos costas
Poema 22
Esta noche puedo morir de luz
puedo huir despavorido de una
vela
¿qué decir?
me hace falta una palabra nueva
es como si la sangre
se hubiese hinchado en el
corazón
Es como si esa hache de
empañamiento
de los ojos bajo el agua
estuviese
emburbujando el alma
Creo que si me hiriera
comprobaría mi sangre de
madera
Poema 23
La voz de las páginas
tiene una mordaza para su
silencio
en nuestros ojos
Estrenamos palabras viejas
simultáneas de sí mismas y
enredadas
en todos los instantes desde
ellas
hasta nuestros ojos y las
comprobamos
viejas
Hay un puente puntual
como un intersticio entre
instantes
consecutivos sobre un río que
es
lo único que existe
Poema 24
La música es un baile de
fantasmas
derretidos
es el alma del agua disuelta
en las almas
es el humo derramado por itinerarios de
perfiles
de rostros y de cosas
Es como escribir palabras con hebras del
alma
y dejar entrar por ella una brisa de
estrellas
es como liberar banderas en la
sangre
y dejar que el carro del
corazón
las arrastre
es como hacer flamear una mirada
o dejar evaporar una mano
o peinar con los dedos del
corazón
la cabellera de dios
Poema 25
Me bastan
las dos teclas de tu pecho
para cantar sencillamente al
amor
tartamudeando de a sorbos la
poesía de la sangre
Poema 26
Tú
que sobre la tierra
reseca
de mi alma
has podido un altar
de tierra
húmeda como un vientre
tendrás
todas las flores de mi huerto
abeja mía
como se afana la tierra
sobre el sitio de un muerto
Poema 27
Tanto silencio he recorrido
tanta soledad he sido
que hoy me bastan estas pequeñas
cosas
Poema 28
Mi tristeza
una manera de tus cosas
te nombra por aferrarse
a su propio naufragio
Poema 29
Mi tristeza tiene una puerta
y yo no sé dónde empiezan los
muros
Poema 30
Un día iré a
buscarte
cáliz de sombras
como la abeja a la callada muerte de
la
flor del veneno
Beberé de ti el embrión de la
noche
como un
polen amargo
y no podré arrostrar mi propio
silencio
y moriré con tu nombre
callado
clavado
en la última idea
como la última seca mirada
que
ya nadie podrá descifrar
Poema 31
Tras de la niebla un faro hiedra
luz
su afónico sonido se
propaga
amarillo entre el polvo de
humedad
yo busco la noche
me ayuda a callar
No me gusta el silencio
pero mi sola voz no basta para
romperlo
Poema 32
No sé para qué
quiero
que llegue el momento
de nuestro encuentro
si cuando debamos
luego
separarnos
querré estar esperando
aún para juntarnos
Poema 33
Un grito naufraga en alaridos
neuróticos de fábrica
no hay tiempo de
llorar entre teléfonos y válvulas
eléctricas
que tienen los gestos de las voces
humanas
No hay un gramo de tierra puro de
probetas
Ya no quedan guitarras tímidas de
esquina
ya no quedan faroles apagados como
cómplices
se ha perdido el misterio de los
pájaros
Poema 34
La noche fría se me adhiere
con
exactitud de lugar
quepo en el
frío duro y vítreo como si la
noche
copiara mi contorno como el mar de
algún naufragio
Es una manera de soledad
los edificios son calaveras
enderezadas
Poema 35
Me desperté a un lugar
extraño
y grité y el silencio gritaba con mi
voz
como un territorio más extenso que
mis pasos
y corrí abriendo ventanas que
daban
al silencio
y encendí antorchas
y tuve miedo de descubrir mi
muerte
pero la antorcha ardía fuego
oscuro
y las palabras que decía no
tenían
cosas
y no existían
significados
como si hubiese quedado en el
andén
del tiempo
y no existieran dondes y no
pasaran cuandos
y el pensamiento
detenido en una
letra
en la sola idea en el instante
al costado de las horas
como un reloj caído de la
sucesividad
un molino que perdió su sitio de
viento
y no tuve tiempo de entender que estaba
muerto
Poema 36
Ven a desenredar mi alma
que es un hueco de
telarañas
con viejas hiedras de recuerdos
que trepan por mis muros
como la humedad
baja con tu antorcha
a clausurar
el hijo de sombras que embaraza
mis sótanos
Tú que tienes la vela
tranquila
de las palabras
para la penumbra de mi silencio
Ven
ven
quédate conmigo
con los candelabros de tus
manos como
flores de oro o de
pan
entra a mi alma como
a una casa abandonada
y abre los postigos
y saca el polvo de los nombres
viejos
como limpiando imágenes
Y dame el puño de tu
corazón
dámelo como si fuera
una paloma de miga
y deja que se tomen
las almas de las manos
como gotas confundidas
como alas de sombra
que se injertan
Quédate
no te vayas
ya tengo un nombre
para llamar a dios
no digas nada y déjame
callar con tu silencio de gruta
que afuera llueven gritos
y podemos perdernos
Poema 37
Voy a indagar en tus rincones
de panal para encontrar las
larvas
de tus palabras aún no
dichas
Poema 38
Quiero de ti dos cosas
Tu imagen para mis
sueños
y tu mano para mi cegera
Poema 39
No preguntes dónde vamos
Calla y sígueme
encontrarás dos que
forman uno
Somos nosotros
Poema 40
Soy topo y horado como el
hambre en tus orillas
barrosas y de pasto y algunas
noches
perfumadas de luna
te decía amor pero
más te amaba amor
Poema 41
Yo grito hacia arriba
lancero del
silencio
como aleteando estocadas
al vacío
buscando un enemigo
mientras el terror
ciego
Yo grito hacia arriba
poniendo en mi arco una flecha
de alarido
yo grito y digo amén
y el exilio infranqueable me
contesta
con un silencio con el que hago
la
fe que se rompe contra el rezo
Poema 42
Te pienso aquí
acorralado contra mí
mismo
por tantos pasos que de atrás me
aprietan
contra el camino terminado
Desde la última vez de tu
palabra
eres un modo de silencio
y tu imagen me vigila desde
mí
porque sigo mostrando para tus
ojos
que ya no son míos
En el lugar de tu nombre
ha crecido un recuerdo sin
rostro
como un camino de música
callada
que floreciera en una rama de
silencio
Poema 43
En esta hora las olas del viento del
silencio
rompen en los ventisqueros de
las
manos dejadas
Siempre te pido perdón desde
mi
hondo recuerdo
como rezando por los muertos de
mi
propia espada
Y esta noche con las manos llenas del
vacío de tu mano
faltas más que nunca
porque te recuerdo
Poema 44
No olvido que tus vértices por
dentro
imprimieron abismos a mi gravedad
de
pájaro muerto
Eras perfectamente tú y mi alma te
copiaba
todo se hundía en tu voracidad de
ciénaga
Iba contigo a claudicar
silencios
fácilmente como cuando
corríamos
por las plazas de la mano
Ahora muchas cosas son
incomprensibles
y muchas veces acomodo tu
recuerdo
sobre lo que era contigo
fácilmente
Contigo y mis pasos hice tu
recuerdo
las baldosas juegan el tácito
ajedrez
y siempre al recordarte delante de
un
vacío
pienso cómo era antes
contigo
Poema 45
El eterno infinito se rompe en el
estuario
hondo de los túneles que
desembocan sobre la
mañana
Poema 46
Todo se sueña en el primer
silencio
Hasta parece fácil el sol y la
mañana nueva
Podrías venir sin sorprenderme y el
recuerdo
después tendría dos veces
distintas
Poema 47
yo te quería azul y dorada como
las
mañanas enormes
con tus manos transparentes como los
místicos
silencios en el templo
yo te quería cotidiana y
tibia
llena de las
mariposas silvestres que giraban en
tus
ojos
yo te quería así
como eras fácilmente
sin la severa gesticulación de los
que ya no
son niños
yo te quería indestructible y
frágil
como una espada de cristal en la
fuente de un jardín al
alba
eras amarilla y azul como yo te
quería
tu voz polvorienta parecía agua
fibrosa y
seca
y estabas llena de caminos sin
senda porque nunca fuiste
caminada
yo te quería honda como los
túneles pero pura
como las catedrales
de cristal
como la dimensión en que
los peces entre la
mañana y la arena
son abejas sobre los caracoles
pero tenías un hueco a la
espalda
como el acceso indescifrable del silencio a
la muerte
y en ti la mañana
redonda al otro lado
de los túneles
rompía el eterno infinito
descifrado y no encontrado
desde ti me llegaba la piedad de la
leña
y las llamas eran tiernas pero las
sombras
veladas
y el fuego era un jardín
como tus manos
y la sombra del fuego procesiones de
fantasmas
yo no sé si te amaba pero te era
fácilmente
podía rezar con tus dogmas porque
creía
en ti como creo en la
mañana
y ahora tengo miedo de la noche
infinita
y quiero retroceder el túnel que
no
avisa el sol del otro lado
ahora sí te amo porque ya no eres
mía
y ahora tengo el miedo que no
tuve
mientras eras dorada porque
podías
ahora ser recuerdo hace mucho
Poema 48
ahora comprendo que el
destino es posterior
al tiempo
Poema 49
la tierra también tiene
raíces
y sangre
y garganta
y canta por los hormigueros
Poema 50
tu voz esbelta
tallo de gaviota y luna
manantial
mana de la entraña del
silencio
como una flor crecida de la
arena o un pino de fuego proferido por el
agua
Poema 51
quiero desenredar la
música
en tus manos de piano
resucitar de las algas de tus dedos un
tesoro
largamente enterrado
y luego deletrear cada hebra de mi bandera
de amor
y habré escrito un poema para los
pentagramas de tus manos
Poema 52
empiezo
y la boca se hincha de
te quiero
el alma es el papel
donde está escrito este
verso
pero
qué poco suena lo que tanto
siento
quisiera decirte mucho
ligero
con continuidad de viento
como la luz
fugada del fuego
se haga luz mi
voz
mientras ardo dentro
quererte en la boca
sí
recién lo encuentro
¿me entiendes ahora?
hablar lo que siento
sí
que el amor
sea
diciendo
Poema 53
yegua de alto oro marino
vengo los pasos de quedarme
como el silencio
como se enciende la sombra
cuando se cierra una
lámpara
vengo a poblarte los
pájaros
bajo de otra savia que me nombra la
espalda
vengo de nunca
como el tiempo
de nunca y nadie como la soledad
que
siempre es alguien
aunque la gente que llevamos
por eso vengo de naves
de buzos y de
náufragos
reconociéndolo todo como
un
ciego abierto
aprendiendo mi propia
travesía
vengo de templos
de altares destituidos
de ojos desmentidos y de puertos
Poema 54
estás ahorcada de mar como una
isla
como una isla de agua
como una luna quemada una noche
oscura
y todos pasan a tu orilla
sin escuchar tus gritos de
silencio
y levantan tus llamados roncos
como piedras o como caracoles
sin darse cuenta de que son
gritos
con que estás gritando
Poema 55
el viento de tu sangre se repite
sobre tu corazón de
molino
tu piel es de
manos tendidas no tomadas
estás toda llena de
abandono
como un muelle
tus ramas vanas
traman el rito de la savia
el dogma de las golondrinas te ha dejado
esperando
las olas nunca borran castillos de tus
playas
nadie escucha el mar quedado en el hondo
caracol
los faros se han secado
las manos dimitieron
los aljibes clausurados están llenos
de sal
y el viento de la sangre se repite en el
molino
como un vano rito de no morir hasta
morir
Poema 56
tu luna es un corazón de pan y el
viento
de sangre una voz de silencio
estoy pensando en ti
por eso me siento como se sienten los
poetas
me siento poeta
como para decir que naufrago a
silencio
o que canto con las manos
como un árbol
de lenguaje
ciego
todos los himnos quietos
me vienen por la saliva de la
noche
como el barco pájaro del
beso
el silencio es el himno de sonar a uno
mismo
tengo la sangre en plenilunio
como el mar desbocado que se
hincha de potros
remé durante tanto viento
vacío
que ya no tengo fuerzas para izar las
velas
ahora que hay viento
y de repente tú
fantásticamente
real
como algunas emanaciones
de espíritu que en la
mañana
confundo con sueños
Poema 57
todo lo callo
aunque recorra todas las cosas con la
garganta
aunque asuma todas las palabras
aunque me ponga lenguajes en el
canto
aunque grite
y me vaya por una lanza de sol que voy
creciendo
aunque ordene rostros y cosas sobre las
palabras que me extiendo
aunque viva el canto que me
existe
todo lo callo
que todo es mucho más que las
palabras
como un pájaro
que nunca se andará todas las
alas
Poema 58
tu voz pálida
piedra de agua
mariposa latida
en el espejismo de que tengo
oídos
como un cóndor
tu grito
lanza de hierro y
sol
expandió su catedral de
sombra
y debajo
una vela crecía la luna
imaginaria
de los hombres que inventaron las
palabras
Poema 59
el silencio llega como un lúgubre
emisario
todos lo dicen a la hora
del albedrío sin cadenas
todas las ventanas dan a rostros
vacíos
con los ojos verdaderos
contra rostros remotos
Poema 60
hoy el alma está anclada en el
puerto de tus cosas
todas mis velas
mis distancias
mis anclas
mi silencio ermitaño
laten a tu costado como las alas del mar
sobre los muelles
hoy digo el alma
pájaro fundamental
manifestado
sobre la espera secular
averiguada
en el temblor de una estrella que te
responde
ah
subsistirte el barro
la diaria muerte numeral
ejercida día a día en la
ceniza
como un rito elemental
de nombrarnos la frente con
espalda
y la espalda fugaz con la arena
hoy digo el alma
amiga
hoy digo amor
la palabra hinchada como un
barco
toda mi sombra grutal que ya te
acude
la alimaña feroz
lava las guerras sin
muertos
con sol de pájaros
mis dientes se mezclan en la
miel
hacha en el agua
soledad y sombra asumida en una
antorcha
y yo que asisto a mí
mismo
tanteando con el estupor de no haber
muerto
el grito sideral que nos existe
atino a comprender cosas
sencillas
y digo el alma por fin
pájaro manso
árbol de sombra
que tembló en la estrella
Poema 61
hay un tiempo sin veces
donde el testimonio no tiene
ahoras
un tiempo de ciegos
itinerario sin rumbo
largo cerrojo sin puertas
escalera sin alturas
como la luz y el hombre sin
sombra
un tiempo pleno
un tiempo absoluto
punto de altura
infinitud de lo no elementado
eternidad de lo innumeral
a ese tiempo te vengo
hay un tiempo sin
sucesión
lo simultáneo
lo aquí
lo cuando
lo donde
lo
después son finitudes de lo
numerable
a ese tiempo te busco
Poema 62
potros de mar se enrollan
y desmoronan abatidos
como toldos
pero más que todos
manos de eterna
desesperación
de abismo
que intentan asideros
en la arena sin dedos
hay un instante de empezar
a caer y morir
en que todo el rastro
que se encarama hasta los pies
sobrevive
como una casi potencia
de todas las horas que han sido
por la certeza del instante
que no tiene después
luego caer y detener el tiempo
que ya no puede ser vejez
ni lejanía en los
recuerdos
Poema 63
amo las olas de tu pelo que rompen
apaciguadas
Poema 64
amo tus dedos de mimbre que he
visto
latir como palomas
y tu silencio sin principio
al que no pude asestar una
palabra
amo tu vida azul que no me has
dicho
la piel de tu voz nunca tocada
y esta duda de todo que te vuelve
incierta
amo los mil quizás con que supongo
tus cosas
tu pelo de tormentas y de olas
amansadas
y esa dócil entrega en que mis
mejores
palabras se hacen tuyas y esta
primera manera de hachar como
un náufrago un muro de
silencio
amo este rito de mirarte a la
distancia
y el estruendo de silencio
en que te callas
y esta aún lejanía que te
acerca y te
hace sueño
Poema 65
en tus ojos fondeo las naves de mi honda
arqueología
Poema 66
tus ojos amanecen en horizontes de silencio
como barcos
y yo lleno de años de
náufrago
en los muelles solitarios
de mis manos
te tomo como comulgándote
Poema 67
mi tierra no brota jardines ni
frutos
pero sí el atroz laberinto de los
hormigueros
Poema 68
quiéreme así
con un cariño de agua
rotos los diques de la rienda
indiferencia
quiéreme así
con un calor de
fragua
con un amor que quiera aun en el
sueño y la inconsciencia
quiéreme leve y también
profundamente
profundo por que seas tan sólo para
amarme
y quiéreme también muy
levemente
para que no te hastíes y llegues a
olvidarme
quiéreme así
que te querré igualmente
y nuestros dos cariños de agua
tendrán beso en un lago
y con calor de fragua fundirán
eternamente
dos almas que se dan y que se exigen como
pago
quiéreme así
con el ser desprendido
no conserves ni tu vida
como quien la perdió
yo mi ser de amor ya lo he
perdido
ámame
entonces
como te quiero yo
Poema 69
la poesía
me cuesta
pero con tierna voluntad podría un
canto
basta buscarle la fe a un
sacrificio
y copiar la devoción a las
abejas
luego asestarte la ternura con
palabras
sin ahuyentar el silencio
Poema 70
la poesía me cuesta como un rito que
ignoro
pero creo
y esa voluntad de nombrarte con
palabras que no tengo
Poema 71
me gustaría tener el olvido
rápido
de las flores que envejecen en un
día
pero el tiempo tiene la implacable
dimensión
de los relojes
o los relojes tienen la demora del
tiempo
y mueren muchas flores por cada recuerdo
que no
cambia
Poema 72
ya nada llegará
el viento ha muerto
y las manos como hélices
de molinos acalambrados
están tendidas
árboles mutilados
con rictus dolorosos y de
asombro
en las ramas detenidas
el mar ha bajado
aquí sobre mi arena
de playa con recuerdos que parecen
fantasía
los barcos secos
que nunca echaron anclas de renuncia y
paz
pero que no auscultarán ya
el
pulso de las olas
los barcos muertos
las manos
de tanto olvido
que casi ignoran los senderos
de la piel
las manos untadas de silencio y
delirio
que ya no podrán
acariciar
que tienen para la caricia
la carraspera hostil
del pan viejo y la madera
y que sin embargo
revolotearán otras
frentes
austeras como las vasijas
y aprendidas como la ternura
que mienten
los que ya no pero que deben amar
todavía
Poema 73
un día llegaste a ocupar el
tú que sin ti no nombra
ya es imposible que no seas
y ahora que te sé es cuando temo que
no hubieras sido
no voy a decirte que sin ti me hubiera
muerto
quizá fuera feliz
y pudiera hablar de alguien como de
ti
y decirle estas mismas cosas
pero ahora que eres
que tu nombre tiene un rostro
que tu voz tiene una mano
y tu silencio unos ojos
siento que otras cosas de otro
alguien
no podrían amordazar mi
soledad
y tripular el tú y completar el
nosotros
porque pienso que te
extrañaría
ahora que ya te he tenido
aunque no hubieras llegado
sentiría como haberte
perdido
Poema 74
sonarán tus
ojos
vasos de cielo a silencio
como caracoles
y el mar
infinito para siempre
pero el huso de música
telar innumerable
no habrá dicho
toda tu alma
Poema 75
voy a comprobar mi corazón en tu
boca
a morder desesperadamente la
música
que derrite tu silencio
paso siglos ignorando idiomas
¿qué más puedo
decirte?
tú sabes todo lo que yo sé y
lo sabes
¿para qué entonces las
palabras?
tú callas todo lo que yo
callo
Poema 76
el día que el silencio se
encienda
yo averiguaré sus árboles
y ríos
donde hubo un muro de oscuridad
pero no sabré que el silencio se
iluminó
Poema 77
al río del viento llueven latidos de
silencio
pasa
y estos tallos de mi sangre
vientan
yo no puedo amordazar el piano de mi
corazón
y transcurren las hebras de la roja
música
sangra
sangre
lato
simplemente eso
porque nada más
Poema 78
yo sé que el amor no puede
medirse
sin embargo ahora que todo se te
parece
sin saber cuánto es
sé que este amor es todo
tantas veces he tomado mi amor
y he ordenado los barcos
habituales
que he agotado las palabras
y mi amor te sigue amando con el
mismo verbo
porque así está hecha la
palabra
tomando por pétalos las
flores
Poema 79
como quillas hundidas en las olas del
viento
cuando vanamente busco la superficie del
silencio
mis brazos devanando
música
trazan la locura de campanas
rotas
molina mi corazón
buche de pájaros
las velas quillando en el
silencio
son veletas de tristeza
vuelan gaviotas de diluvio
salvándose
ésos son los recuerdos
pendulan mis brazos
caídos
a la gravedad del abismo del
cielo
no sé qué rota brújula me
ciega
no puedo deshundirme del
silencio
Poema 80
el eco deshoja mariposas de un candelabro
de viento
Poema 81
amo las voces de los hombres
manantial de trigo de piedra
púlpito de altura y
viento
donde la tierra se eleva por los
brazos
camino de la sangre hacia la luz
árida carne
como un terreno donde los barcos
hacen sus casas
amo la voz
el corazón de la tierra se eleva por
el fuego
y yo amo el volcán
y los hombres que tensan un arco
en la garganta
baja luna que pone más allá
la niebla
porque cuando el viento se pueble de
silencio
cuando se cierna el silencio crecido en
todas partes
se habrá muerto de verdad la
verdad
y la tierra será sola para
siempre
Autor:
Jorge Lemoine y Bosshardt
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